Limitacion de Dosis Radiológica
La
utilización creciente de las radiaciones ionizantes en diferentes campos ha
hecho necesario incrementar las medidas de protección radiología, con objeto de
evitar posibles daños a la población actual y a las generaciones futuras.
La
protección radiología tiene como finalidad la defensa de los individuos, sus
descendientes y la humanidad en su conjunto, contra los riesgos que se derivan
de las actividades humanas, que por las características de los equipos que
manejan y materiales que utilizan, pueden implicar irradiaciones.
Sus
objetivos se cumplen mediante el establecimiento de normas de protección para
prevenir la producción de efectos biológicos no estocáticos y limitar la
probabilidad de incidencia de efectos biológicos estocásticos, hasta valores
que se consideren aceptables para las personas profesionalmente expuestas y los
miembros del público. En términos generales, solamente puede estar justificada
aquella actividad cuyo beneficio sea mayor que el riesgo que implique. En el
caso particular de las radiaciones alfa y beta, tienen un alcance mas limitado
en el aire, dependiendo este de la energía inicial que posea. Ninguna partícula
se propaga mas allá de dicho limite. Así, las partículas alga más energéticas
no atraviesan mas de unos pocos centímetros en aire en condiciones normales y
solamente una pequeña proporción de las partículas beta emitida por algunos
radioisótopos alcanzan una distancia superior a 3 metros en aire en condiciones
normales. Para la mayoría de los radioisótopos el alcance máximo de sus
partículas beta es menor.
Otro
factor a tener en cuenta es el tiempo durante el que una persona va a ser
sometida a un cierto nivel de radiación. Lógicamente, cuanto menor sea el
tiempo empleado en la operación, menor será la dosis recibida. Por ello, es muy
importante que las personas que hayan de operar con fuentes de radiaciones
ionizantes, están bien adiestradas y conozcan debidamente las operaciones que
van a efectuar en ambiente de radiaciones, con objeto de invertir en ellas el
menor tiempo posible. A tal fin es conveniente, cuando se trata de operaciones
complicadas, realizar previamente ensayos “en frío”, es decir, ensayar con
fuente simulada, no radiactiva, las mismas operaciones que luego habrán de efectuarse
en el trabajo real.